
En la vida hay que aprender a caminar solos. Sin amigos, sin amor y a veces sin familia, porque solos llegamos y solos nos vamos.
La vida es un paraje con caminos sinuosos y entretenidos que puedes realmente apreciar si, y sólo si, logras acallar los pensamientos y disfrutar de las curvas y de la vista del paisaje.
Cada camino presenta sus propios retos y cada curva se luce con su propia belleza.
Existen momentos de alto tráfico y mucho ruido,
Y otras ocasiones donde el silencio envuelve al Ser, y sólo se corrompe con el sonido del propio respirar.
Hay caminos construidos con amor para que caminemos a través de ellos
Hay días donde nos despejarán el cielo para poder disfrutar del Sol
Y llegaran noches donde llenaran nuestros sueños con enseñanzas y sabiduría para nuestras vidas.
Pero paradójicamente el caminar siempre será solitario también, porque nadie más podrá dar los pasos por ti
Somos nosotros los que vinimos a aprender, es a través de nuestros propios pasos que podemos avanzar
La soledad no es un castigo, es un proceso temporal que nos ayuda a pensar sin distracciones, fortalecernos desde adentro y apreciar el mundo a través de nuestros propios ojos
Todo esto es parte de la vida, de la felicidad y de ti.
Caminar solo puede ser una Bendición ¿La aceptas?
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